Sólo hay una primera impresión y esta es muy importante, prácticamente decisiva. Hay que preparar la vivienda para cada visita.
También es imprescindible hacer un reportaje fotográfico.
Algunos consejos:
1. Poner a punto el inmueble: Si hay pequeños desperfectos que sean visibles es el momento de repararlos. Sean estos enchufes, apliques, bisagras de puertas que no cierran bien, manchas en las paredes, ventanas, cajones, etc. ¡Hay que revisar todos estos detalles! ¡Puede ser la diferencia entre venderlo o no venderlo!
2. El orden y limpieza: Es muy importante que la vivienda esté limpia y ordenada. Es muy recomendable recoger efectos y fotografías personales. Las visitas han de sentir que se vean viviendo allí, que la pueden ver como su hogar, no que le estén quitando la casa a otra familia.
3. Baño y Cocina: Limpios, ordenados, recogidos y sin malos olores.
4. Luz: Hay que intentar tener el máximo de luz natural.
5. Capacidad de almacenaje: Cuanto más recogido y ordenado, más sensación de espacio. Armarios, cajones, almacenes, garajes y trasteros han de estar ordenados y despejados.
6. Pequeños detalles de decoración: a veces es recomendable añadir algún detalle de decoración tales como plantas, cojines, etc. para hacerlo lo más acogedor posible.